
Mañana no será lo que Dios quiera
Para quienes disfrutan conociendo la vida de personajes importantes, Mañana no será lo que Dios quiera puede ser la mejor biografía que leerán en mucho tiempo. Para quienes acostumbran a leer novelas, ésta historia no les dejará indiferentes porque es mucho más que la vida narrada del poeta Ángel González. Es un homenaje a las tierras asturianas, a un paisaje de guerra y posguerra, a las familias y amigos que marcaron la existencia de un niño; un pequeño que se convirtió en un gran hombre y en uno de los mejores poetas españoles del siglo XX.
El poeta Ángel González dejó una de las obras líricas más relevantes en lengua española siendo testigo privilegiado de uno de los períodos más convulsos de la Guerra Civil. A través de las conversaciones de sus hermanos conocerá los entresijos políticos y bélicos, la situación que se está viviendo en su ciudad y en España entera, mientras él intenta ser a fuerza de estudio un buen alumno. Luis García Montero reconstruye el retrato del poeta y recorre los primeros años de su vida para rescatar la mirada de un niño con una infancia divertida, llena de amigos y aventuras más allá de los conflictos que golpean a la familia, más allá de su posterior enfermedad, más allá de las muertes y distancias, más allá de la época y del lugar. Con un lenguaje literario que dista de ser serio, que envuelve y endulza, el autor va narrando la historia personal del poeta desde su más tierna niñez a la vez que nos acerca a la sociedad de aquellos años convulsos.
“La guerra es un saco sin fondos, un saco en el que cabe todo, ruidos, manchas de aceite, olor a pólvora, cristales que tiemblan, cristales que se rajan, cristales que se rompen, miedos, formas de llamar a la puerta, llamadas fuertes, llamadas débiles, llamadas sin respuesta, nuevas amistades, mañanas de sol, vacaciones interminables, sorpresas y costumbres, inquietudes y calmas, tumultos y soledades, tragedias y relámpagos de dicha, hallazgos, pérdidas, palabras vacías, palabras destruidas, palabras oportunas, silencios más llenos de la cuenta, secretos, colas interminables, racionamientos, apagones, horas de sed, y un largo, penetrante, orgulloso azar que cose con hilo resistente los episodios y las emociones, las fechas y las cicatrices sentimentales, para tejer el vértigo de un presente demasiado frágil y las perforaciones de unos recuerdos endemoniados, imprevisibles y sólidos, que se hacen dueños de la memoria, en la primera o en la última fila, durante demasiado tiempo.”
Una historia conmovedora, dulce, cargada de sentimiento, de aventuras infantiles, de pasiones juveniles, de emociones y sensaciones, en definitiva, llena de vida.
Luis García Montero, su autor, nació en Granada en 1958. Es catedrático de Licenciatura Española y uno de los poetas más destacados del panorama literario actual, con títulos entre los que destacan “El jardín extranjero” (Premio Adonais, 1983), “Habitaciones separadas” (Premio Loewe y Premio Nacional de Literatura 1994), “La intimidad de la Serpiente (Premio Nacional de la Crítica 2003) y muchos otros. También ha escrito ensayos y ediciones críticas de obras de Federico García Lorca, Rafael Alberti y Carlos Barral y ha adaptado para la escena algunos clásicos como “Otelo”, “La Dorotea”, o “La Celestina”.
Para quienes disfrutan conociendo la vida de personajes importantes, Mañana no será lo que Dios quiera puede ser la mejor biografía que leerán en mucho tiempo. Para quienes acostumbran a leer novelas, ésta historia no les dejará indiferentes porque es mucho más que la vida narrada del poeta Ángel González. Es un homenaje a las tierras asturianas, a un paisaje de guerra y posguerra, a las familias y amigos que marcaron la existencia de un niño; un pequeño que se convirtió en un gran hombre y en uno de los mejores poetas españoles del siglo XX.
El poeta Ángel González dejó una de las obras líricas más relevantes en lengua española siendo testigo privilegiado de uno de los períodos más convulsos de la Guerra Civil. A través de las conversaciones de sus hermanos conocerá los entresijos políticos y bélicos, la situación que se está viviendo en su ciudad y en España entera, mientras él intenta ser a fuerza de estudio un buen alumno. Luis García Montero reconstruye el retrato del poeta y recorre los primeros años de su vida para rescatar la mirada de un niño con una infancia divertida, llena de amigos y aventuras más allá de los conflictos que golpean a la familia, más allá de su posterior enfermedad, más allá de las muertes y distancias, más allá de la época y del lugar. Con un lenguaje literario que dista de ser serio, que envuelve y endulza, el autor va narrando la historia personal del poeta desde su más tierna niñez a la vez que nos acerca a la sociedad de aquellos años convulsos.
“La guerra es un saco sin fondos, un saco en el que cabe todo, ruidos, manchas de aceite, olor a pólvora, cristales que tiemblan, cristales que se rajan, cristales que se rompen, miedos, formas de llamar a la puerta, llamadas fuertes, llamadas débiles, llamadas sin respuesta, nuevas amistades, mañanas de sol, vacaciones interminables, sorpresas y costumbres, inquietudes y calmas, tumultos y soledades, tragedias y relámpagos de dicha, hallazgos, pérdidas, palabras vacías, palabras destruidas, palabras oportunas, silencios más llenos de la cuenta, secretos, colas interminables, racionamientos, apagones, horas de sed, y un largo, penetrante, orgulloso azar que cose con hilo resistente los episodios y las emociones, las fechas y las cicatrices sentimentales, para tejer el vértigo de un presente demasiado frágil y las perforaciones de unos recuerdos endemoniados, imprevisibles y sólidos, que se hacen dueños de la memoria, en la primera o en la última fila, durante demasiado tiempo.”
Una historia conmovedora, dulce, cargada de sentimiento, de aventuras infantiles, de pasiones juveniles, de emociones y sensaciones, en definitiva, llena de vida.
Luis García Montero, su autor, nació en Granada en 1958. Es catedrático de Licenciatura Española y uno de los poetas más destacados del panorama literario actual, con títulos entre los que destacan “El jardín extranjero” (Premio Adonais, 1983), “Habitaciones separadas” (Premio Loewe y Premio Nacional de Literatura 1994), “La intimidad de la Serpiente (Premio Nacional de la Crítica 2003) y muchos otros. También ha escrito ensayos y ediciones críticas de obras de Federico García Lorca, Rafael Alberti y Carlos Barral y ha adaptado para la escena algunos clásicos como “Otelo”, “La Dorotea”, o “La Celestina”.
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