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Fragmentos de Realidad

Rayuela, de Julio Cortázar

En una pieza en París, bajo la luz de una lamparita, un grupo de amigos, aficionados, en una especie de Club social, conversan sobre la realidad...

-Es raro –dijo Ronald-. De todos modos sería estúpido negar una realidad, aunque no sepamos qué es. (...)
-Vamos, dejá la poesía para otra vez. De acuerdo en que no hay que fiarse de las palabras, pero en realidad las palabras vienen después de esto otro, de que unos cuantos estemos aquí esta noche, sentados alrededor de una lamparita.

(…)

-Sin palabra alguna yo siento, yo sé que estoy aquí –insistió Ronald-. A eso le llamo la realidad. Aunque no sea más que eso.

-Perfecto – dijo Oliveira. Sólo que esta realidad no es ninguna garantía para vos o para nadie, salvo que la transformes en concepto, y de ahí en convención, en esquema útil. El solo hecho de que vos estés a mi izquierda y yo a tu derecha hace de la realidad por lo menos dos realidades, y conste que no quiero ir a lo profundo y señalarte que vos y yo somos dos entes absolutamente incomunicados entre sí salvo por medio de los sentidos y la palabra, cosas de las que hay que desconfiar si uno es serio.

-Los dos estamos aquí –insistió Ronald-. A la derecha o a la izquierda, poco importa. Los dos estamos viendo a Babs, todos oyen lo que estoy diciendo.

-Pero esos ejemplos son para chicos de pantalón corto, hijo mío –se lamentó Gregorovius-. Horacio tiene razón, no podés aceptar así nomás eso que creés la realidad. Lo más que podés decir es que sos, eso no se puede negar sin escándalo evidente.

(...)

-Quedémonos en esto que Ronald llama conmovedoramente la realidad y que cree una sola. ¿Seguís creyendo que es una sola, Ronald?

-Sí. Te concedo que mi manera de sentirla o de entenderla es diferente a la de Babs, y que la realidad de Babs difiere de la de Ossip y así sucesivamente. Pero es como las distintas opiniones sobre la Gioconda o sobre la ensalada de escarola. La realidad está ahí y nosotros en ella, entendiéndola a nuestra manera pero en ella.


Hoy, en un espacio cibernético que dista mucho de ser una pieza, mis amigos y yo volvemos a dialogar sobre tal concepto que es la "realidad":


N: Si de realidades perceptibles se habla, hay tantas realidades como seres vivos en el mundo... y no hay que explicar demasiado, esto se explica solo con leerlo...

Irónicamente, no hay que ser muy lógico para saber que la realidad es, en realidad, una sola, pero nadie puede percibirla como tal, por lo tanto, la verdadera realidad es imperceptible.

Considerando las dos premisas anteriores, ahora toca postular la verdad de la situacion... cada ser vivo percibe una parte de la realidad, creando su propia realidad, y no solo es una parte, sino que a veces hasta esa parte está distorcionada, haciendo que ni siquiera sea bien percibida, pero no por eso dejara de ser una realidad para aquella criatura que la percibe.
En fin, se podría decir que el destino final de las personas es el de unir sus realidades, para tratar de crear nuevamente una sola realidad y así entender el todo... pero es un fin trascendental, lejos del alcance de simples mortales, por lo que solo viven sus vidas instintivamente, sin darse cuenta siquiera de lo que en realidad estan haciendo. Las palabras son solo palabras, no existen palabras buenas o malas, son solo herramientas abstractas que fueron creadas con el fin de comunicar algo... con el fin de comunicar las diferentes realidades.


I: ¿qué podemos decir de la realidad, si la palabra es una herramienta tan ambigua y defectuosa? La realidad para mi es lo que se encuentra detrás de los lentes de la percepción.
Lo que creo de la realidad es que esta escapa a cualquier determinacion que podamos dar con las herramientas que nos inventamos, la realidad es inherente de reglas, la realidad va mas allá de caracterizaciones, no es verdadera ni falsa porque al mismo tiempo podria potencialmente ser ambas y ninguna porque la verosimilitud de la realidad es por completo un absurdo. Lo real para mi es el sentimiento que me recorre el alma cuando miro el cielo y me deslumbro, cuando capto esas cosas tan extraordinarias que tiene el mundo que ningún hombre pudo encuadrar dentro de ningun esquema, eso que escapa a cualquier ciencia para supeditarse a ese ámbito que está aún mas alla que el mero subjetivismo, todavía tan indescriptiblemente cierto, la realidad es tan intrascendente en el discurso humano como es de intrascendente el discurso humano en la realidad, pero el juego nunca está de mas y si aprendemos a desaprender (como dice una cancion) tendremos el lujo de poder nuevamente jugar con los esquemas. Entonces ¿sera importante realizar una descripción de la realidad, si nunca llegaremos a respetar enteramente la magnitud de la misma?...
Sí, será importante siempre y cuando el juego resultante de tamañamente absurda empresa nos gratifique en lo más profundo de nuestro siempre juvenil, irrespetuoso y subversivo entendimiento.

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